Preparación

Poner en una olla 1/2 l de agua fría, el puerro, las cebollas y la zanahoria, todo cortado en juliana. Sumar el ajo, el tomillo, la pimienta, el vinagre de vino y el vino blanco. Llevar a fuego fuerte y, una vez que rompa el hervor, dejar que hierva durante 2 minutos y apagar.

Cortar la pechuga de pavo en escalopes de unos 8 cm de diámetro pero no demasiado finos (pueden ser de forma irregular). Con la parte trasera de un cuchillo o con un tiernizador, golpear los trozos de pechuga. Pasarlos por harina (y sacudir bien para que no se pegue más cantidad que la necesaria), luego pasar por el huevo y finalmente por el pan rallado. Presionar bien con la palma de la mano para que el pan se adhiera. Freír en abundante aceite hasta que se cocinen de ambos lados. Retirar y colocar en una fuente que resista cambios abruptos de temperatura (de losa, de vidrio o de acero, por ejemplo).

Luego, distribuir por encima las verduras hervidas junto con el agua de la cocción aún caliente. Salar. Llevar a la heladera.

Si bien puede comerse en el momento, lo ideal es esperar 24 horas. Servir frío como antipasto, en una ensalada o en un sándwich.